29/5/11

Mi memorial del convento


En los últimos años se han desarrollado una serie de herramientas tecnológicas que nuestros antepasados difícilmente las creerían, sobre todo por la velocidad en que se transmiten las ideas.

Uno de estos instrumentos, resultado de las nuevas redes sociales, y de los principales medios de comunicación, es Twitter, el cual está al alcance de millones de usuarios y nos permite estar en contacto, a cualquier hora, con gente de todo el mundo.

Me he vuelto un asiduo tuitero, lo admito: llevo más de seis meses que lo utilizo de manera cotidiana, primero por curiosidad, luego por diversión y, ahora, porque se ha convertido en parte de mi vida. Al principio, como es lo más común, sentía desconfianza: leía los primeros tuits de varios seguidores y muchos comentaban "Estoy probando", "Me obligaron", "Es estúpido"; hoy han publicado más de dos mil tuits.

Al involucrarme y conocer sobre el tema, el ego se apoderó de mí y lo único que pensaba era en tener más seguidores. Además, me impuse la obligación de hacerme amigo de gente importante y famosa, partiendo de cero, ya que, en algunos casos, no existía contacto alguno. Basado en la experiencia de que esta red te va nutriendo de manera continua, entendí que, para crecer aquí, solo depende de la calidad de lo que publicas, y que las listas con mayor o menor número de seguidores no tienen ningún valor si no están realmente sustentadas.

Este medio de comunicación me ha generado afinidades y enemistades, coincidencias y críticas, todo en virtud de mis opiniones. En fin, uno es la suma de sus aciertos y errores. He ido modificando mis tendencias, reafirmando que el derecho, mi profesión, no es el único tema que existe; el ser mesurado en el número de tuits para no aburrir y, lo más importante, ser selectivo en la búsqueda de buenos textos. Me gusta leer, escribir y que mis mensajes sean leídos, en ese orden; pero renunciar a tuitear libremente mis convicciones para ser popular, nunca será mi estilo. No le dedico tiempo a esto para pelear. En resumen, busco leer cosas interesantes, y si el tema me motiva, escribo algo. Nada más. 

Twitter no es antónimo de vida. Al contrario, en mi timeline digo lo que quiero, siempre tengo la razón y no me arrebatan la palabra. Aquí me pasa como cuando estoy en una buena mesa, con una charla agradable: sé que me tengo que ir, mas no puedo ni quiero.

Sigo a tuiteros que no me siguen, lo que a veces es preferible. En principio leo y luego escribo. Pienso que, a veces, vale más ganarse un faveo (marcar como favorito) de quien uno admira, que cien retuits.

Uno encuentra de todo en Twitter, grandes poetas, abogados íntegros, analistas de respeto, trolls, stalkers, sextuiteros, chatuiteros, políticos en campaña, alcohólicos anónimos, corazones solitarios, clubes de optimistas, sociedades de poetas muertos, famosos de postín, juglares y agoreros, pero lo más importante, gente sencilla que, quizá por primera vez en su vida, tiene un espacio válido para expresarse. Es otro México.

Aquí todos los días se hace literatura, muchas veces de la mejor, incluso superior a lo que se imprime; puedo mencionar nombres de creadores que, día con día, van construyendo buenas letras. Un tuit no es efímero, tú lo haces eterno con una estrella. El favear un tuit es como la película que atesoramos, la canción que nos define, la cita que marca, son las letras exactas en el instante preciso. Con cada faveo vamos construyendo nuestro íntimo y personal volumen de recuerdos y experiencias. Twitter, en esencia, no son solo 140 caracteres. Puede ser armonía, sencillez y belleza. Si eso no es literatura, entonces qué.

Empero, Twitter es aún más: es noticia, es fuente de información, de escándalo, de nota roja, gris o amarilla, es política, es grilla, es publicidad, es fiesta, es vivencia y es todo lo que ustedes quieran que sea, dependiendo de a quién decidan leer y de lo que ustedes publiquen. 

Usarlo me ha permitido relacionarme con gente entrañable que de otra manera jamás hubiera conocido. Lo he reafirmado. Me voy a tomar una libertad: armen su timeline como ustedes gusten, ésa es la esencia en la que pensó Jack Dorsey; no obstante, en la medida de lo posible, dejen un espacio para la gente de buena fe, la que aporta y comparte, la que suma y no resta, la que construye y no destruye… de inquina, mala vibra y envidia, la realidad está plena, ¿es necesario traerla a nuestra comunidad virtual?

Por otra parte, al ser un enlace de nivel mundial y directo con cada uno de sus integrantes, Twitter deja a un lado el posible filtro y manejo parcial de la información por parte de intermediarios, lo cual lo hace un foro libre de toda censura y discriminación en cuanto a las ideas que ahí se manifiestan. Es un derecho que conquistamos, pero a la vez, es una responsabilidad.

No quiero abusar contando la manera en que he ido construyendo mi estilo personal de usar esta red: cualquiera que pretenda dar cátedra sobre esto está fuera de la realidad, ya que en esto no hay normas, la libertad absoluta campea. Sin embargo, en mi vivencia voy confeccionando un catálogo de reglas de ética personal, mis instrucciones para convivir en Twitter, las cuales comparto:

1. Nunca lo utilices como messenger o algo similar.

2. No lo satures con comentarios sosos. Si de por sí el parloteo en la vida es insufrible.

3. El uso de etiquetas o hashtags es no sirve para nada y es espantoso. Es como tuitear 140 caracteres comprimidos en WinRAR. Qué flojera descargarlos.

4. El follow friday (FF) sirve para recomendar buenos tuiteros, no para saludar a la barra de condiscípulos. La amistad no se demuestra con recomendaciones sin ton ni son.

5. Si un tuit te gusta a ti, primero hazlo tu favorito, marcando la estrella. Retuitear es querer compartir algo valioso. Hay veces que solo un faveo basta, ya que el sentimiento es nuestro, de nadie más. 

6. Tener protegida la cuenta en Twitter me parece absurdo. Aquí se comparte información, no es Wikileaks. Si la tienes, no te molestes en favear o retuitear, ya que no sirve para los que nos interesa saber si lo que publicamos gusta o no.

7. Es de mal gusto retuitear las menciones o las recomendaciones que de ti hacen. A nadie le importan.

8. Si vas a retuitear, hazlo en el tuit, no copies y agregues "jajaja", "+1000", ":)" u otras. No hagas retuit del retuit, saturas, le robas crédito al autor original y además, luce horrible.

9. No escribas tus tuits con puras letras mayúsculas. No es necesario gritar.

10. Si no quieres ser bloqueado, modera tu florido lenguaje. En pulcro español, lo que sea.

11. Si te equivocas en un tuit, no tengas empacho en borrarlo. 

12. Tuitear mucho, por muy culto que te sientas, cansa. Al final, nadie te faveará. Si tienes mucho que decir, tal vez lo tuyo sean los blogs.

13. En la vida, como en Twitter, hay cosas tan obvias que no requieren explicación. Si sigo a David Faitelson, pues no me enojo si tuitea deportes.

14. La verdad, tuitear es muy divertido. No pierdas la capacidad de reírte de ti mismo.

15. Palabras horrorosas: "me sigues y te sigo". El trueque es una figura en desuso. Si sigo a un tuitero es porque me interesa lo que escribe. Aquí vengo a leer, no a sumar.

16. Si te dejan de seguir, no pasa nada. Quizás un poco de reflexión sobre cómo tuiteas bajará el índice de unfollows. Al revés, no tengas dudas para dejar de seguir a gente que no sea acorde con lo que buscas. 

17. No satures tu timeline de manera que pierdas la capacidad de leer. El límite tú mismo lo marcas.

18. El respeto, el saber agradecer, la tolerancia y la prudencia, son valores que hacen que valga la pena seguir aquí.

19. Si citas textual, nunca dejes de mencionar al autor original. No hacerlo es un vulgar plagio.

20. Si no tienes nada bueno que decir, dale valor a tu silencio.

21. Piensa para tuitear, no tuitees para pensar.

9 comentarios:

  1. Definitivamente es una guía práctica que le ayudaría a muchos que desvalorizan a twitter. Ser esclavos de tus palabras y amo de tus silencios, qué majestuosidad puede llegar a ser la prudencia, pero sobre todo la inteligencia.

    ResponderEliminar
  2. José Luis Cárdenas.22/9/11 8:09 p. m.

    Texto que debe de servir como guia para los que de verdad desean expresar en solo 140 caracteres un gran pensamiento, que puede dejar helado a muchas personas o simplemente hacerlas reflexionar.

    ResponderEliminar
  3. Forma de expresar lo que sientes y tu forma de escribir con el estilo que pretendas poner en tus tuits, aprendes a resumir y lográs estar en contacto con personas del todo el mundo.

    ResponderEliminar
  4. Increíble todo lo que se encuentra en Twitter, las ideas, las personas, los textos. Y como bien dice, cualquier tipo de escritor.

    ResponderEliminar
  5. Reglas básicas a seguir si se desea tener éxito en dicha red social, que mas que serlo se ha convertido en una forma de conocer a las personas por su pensamiento mas que por el físico, aquí no se ve una foto, se lee lo que piensan

    ResponderEliminar
  6. Esta es una excelente guía para aprender a escribir algo que deje huella en tan solo 140 caracters, definitivamente tendré que utilizarlo.

    ResponderEliminar
  7. Me da gusto que haya encontrado una pasión que haya sacado cosas que algunos no imaginabamos que poseía y que nos permite ser espectadores de lados que creíamos insospechados.

    ResponderEliminar
  8. Hay muchos decálogos en Twitter, sin duda este el más valioso. Felicidades por como llevas tu cuenta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Arturo. Es un texto que me gusta releer y compartir.

      Eliminar

Me gustaría saber tu opinión