31/3/11

"Ejemplares de antología los que llegaron a Paso del Norte en 1865 y los que se encerraron en Querétaro en 1867". José Fuentes Mares


Era juicioso callar entonces el hecho y el personaje, y razonable no ocuparse más del traidor. La traición de Querétaro es una mancha que no alcanza a Escobedo, y menos a Juárez. Comprar una plaza, en vez de tomarla a viva fuerza, no es decente o indecente, como tampoco es decente o indecente comprar un piano o un caballo, y sin embargo finiquitar de ese modo la resistencia parece inicuo aunque no lo sea. Los que defendieron una ciudad contra efectivos tres y cuatro veces mayores, durante setenta y dos días, no merecían ser vendidos como cabezas de ganado. Ni vendidos, ni comprados. Causa desencanto que Escobedo se apoderara de Querétaro sin vencerla, y que la gloria, que pudo ser corona de vencedores y vencidos, no alcanzara a los compradores. Los defensores mantuvieron ilesa la convicción de la victoria, y apenas si al final se habló de desertores. Ejemplares de antología los que llegaron a Paso del Norte en 1865, y los que se encerraron en Querétaro en 1867. La historia burocrática llamó después héroes a los unos y traidores a los otros, mas la gloria de Querétaro permanece tranquila como las aguas profundas, y no la empaña la impostura, ni el celo de los vencedores. 

29/3/11

El destino nos alcanzó


En un viejo y célebre bestseller, Alvin Toffler pronosticó y describió una serie de nuevos hábitos individuales y sociales referidos a la adaptabilidad y supervivencia en un mundo caracterizado por la sentencia pragmática de “tírese después de usado”.

Advertía Toffler que, la primera lección que tenían que aprender todos en una nueva sociedad, era que las relaciones del ser humano con los demás se caracterizarían por ser cada vez más temporales. Así, en vez de estar ligado a sólidas amistades durante un largo tiempo, los bien adaptados tendrían que destinar tan solo muy breves periodos a una sucesión de intereses personales, más que amistades, sustitutos de todos aquellos que en otro momento y bajo otras circunstancias hubieran parecido imposibles de intercambiar. En concreto, la inmediatez o el imperio de lo efímero eran las constantes que el autor predecía para el futuro.

Cuando el destino nos alcanzó pudimos comprobar que muchas de las tesis expuestas se hicieron realidad: el egoísmo campea en las relaciones humanas,  lo que de forma cínica nos lleva a entender a la amistad en el mundo de hoy como un barco lo bastante grande para llevar a dos cuando hace buen tiempo, pero solo a uno cuando empeora.

Luego, poco a poco se vuelven más certeras y aplicables a todo contexto las frases del pastor Martin Niemöller, cuando dice:

Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio porque yo no era comunista.
"Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio porque yo no era socialdemócrata.
"Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.
"Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío.
"Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar".


No obstante, afortunadamente para algunos nostálgicos, aún conservamos ciertas personas que nos hacen creer que lo antes expuesto no es determinismo histórico; seres humanos que nos provocan, incluso a pesar del inexorable tiempo, a aprender de su diario ejemplo, a buscar cualquier excusa para reunirse y ejercitar ese cada vez más raro don de la conversación sin intereses o intenciones ocultas.













































































































































































































































"Incluso sin su belleza no habría podido evitar amarla". Ian McEwan


¿Cómo podría él no amar a una mujer tan singular y cálidamente especial, tan dolorosamente sincera y consciente de sí misma, una mujer cuyos pensamientos y emociones se veían todos a simple vista, ondeando como partículas cargadas a través de sus gestos y expresiones cambiantes? Incluso sin su belleza corpulenta no habría podido evitar amarla.

26/3/11

"El pensamiento independiente es casi siempre impopular". Octavio Paz


Nadie sabe la forma del futuro, es un secreto. Ésa es la enseñanza de este medio siglo de trastornos que no está ni en los libros de Marx ni en los de sus adversarios. Pero podemos decirle algo a ese futuro que en alguna parte construyen unos muchachos apasionados y terribles: toda revolución sin pensamiento crítico, sin libertad para contradecir al poderoso y sin la posibilidad de sustituir pacíficamente a un gobernante por otro, es una revolución que se derrota así misma. Un fraude. Mis palabras irritarán a muchos; no importa, el pensamiento independiente es casi siempre impopular. Hay que renunciar definitivamente a las tendencias autoritarias de la tradición revolucionaria, especialmente de su rama marxista. Al mismo tiempo hay que romper los monopolios contemporáneos —sean los del Estado, los partidos o el capitalismo privado— y encontrar formas, nuevas y realmente efectivas, de control democrático y popular, lo mismo del poder político y económico que de los medios de información y de la educación. Una sociedad plural, sin mayorías ni minorías; en mi utopía política no todos somos felices pero, al menos, todos somos responsables. Sobre todo y ante todo, debemos concebir modelos de desarrollo viables y menos inhumanos, costosos e insensatos que los actuales. Dije antes que esta es una tarea urgente, en verdad, es la tarea de nuestro tiempo. Y hay algo más, el valor supremo no es el futuro sino el presente; el futuro es un tiempo falaz que siempre nos dice "todavía no es hora" y que así nos niega. El futuro no es el tiempo del amor, lo que el hombre quiere de verdad, lo quiere ahora. Aquel que construye la casa de la felicidad futura edifica la cárcel del presente.