Yo creo que, originariamente, el cerebro de una persona es como un pequeño ático vacío en el que hay que meter el mobiliario que uno prefiera. Las gentes necias amontonan en ese ático toda la madera que encuentran a mano, y así resulta que no queda espacio en él para los conocimientos que podrían serles útiles o, en el mejor de los casos, esos conocimientos se encuentran tan revueltos con otra montonera de cosas que les resulta difícil dar con ellos. Pues bien: el artesano hábil tiene muchísimo cuidado con lo que mete en el ático del cerebro. Sólo admite en el mismo las herramientas que pueden ayudarle a realizar su labor; pero de éstas sí que tiene un gran surtido y lo guarda en el orden más perfecto. Es un error el creer que la pequeña habitación tiene paredes elásticas y que puede ensancharse indefinidamente. Créame, llega un momento en que cada conocimiento nuevo que se agrega supone el olvido de algo que ya se conocía. Por consiguiente, es de la mayor importancia no dejar que los datos inútiles desplacen a los útiles.
Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro.
ResponderEliminarCada ser humano tiene la opción de elegir qué es lo que quiere almacenar. Tengamos pues la suficiente inteligencia para escoger sólo aquello que nos beneficia y que nos eleva como hombres y mujeres de bien.
ResponderEliminarEl conocimiento es una de las máximas fuentes de poder que tiene el hombre; es algo que nunca terminamos de poseer ni tampoco de dominar.
ResponderEliminarNuestro cerebro es la principal arma que tenemos, me pareció muy bueno el simil que hace con el ático, debemos ir poniendo poco a poco las cosas en nuestra memoria para no llenarla de cosas que no nos sirvan.
ResponderEliminarHay que seleccionar lo que es realmente util para nosotros, aunque a veces no distingimos de ello y de aquellos ideales que nos hacen necios.
ResponderEliminarGran fragmento que nos hace ver que muchas veces guardamos en nuestras mentes que no nos sirven y desechamos lo importante, lo que realmente nos es útil.
ResponderEliminarEl cerebro del hombre es un todo, en el que éste decidirá como lo va ir integrando, moldeando de él depende la infraestructura que decida darle al mismo, por ello siempre se debe estar en un estudio constante en lo que tengas interés, pero tampoco es bueno querer abarcar tanto pues a la mera hora no se sabe nada, confundes a tu cerebro.
ResponderEliminarEl cerebro es un musculo y se tiene que ejercitar para que se fortalezca. Atesorando valiosos recuerdos y útiles conocimientos.
ResponderEliminarEl cerebro humano es impresionante, donde se puede almacenar cuanto se quiera sin perder la escencia de lo que nos es util, no estamos acostumbrados a utilizar la maxima capacidad de él y nos conformamos con lo que nos da sin explotarlo.
ResponderEliminarCada quien decide si llena su cerebro de cosas útiles o inútiles, de eso dependerá lo que puedan hacer de su vida.
ResponderEliminarCoincido con el autor, debemos dejar fuera toda aquella información que no es útil para nuestras vidas, tratar de ordenar la que tenemos con la finalidad de hacer espacio para el nuevo conocimiento.
ResponderEliminarEl cerebro es como dice el fragmento podemos aportarle cosas que en verdad nos llenen de sabiduria y cosas que no nos sirven para nada.
ResponderEliminarPues como bien dicen de todo debes escoger lo mejor y lo que te haga bien, lo que no debemos desecharlo solo ocupa un lugar donde pueden estar solo cosas buenas.
ResponderEliminarDebemos de tener cuidado con lo que es realmente valioso en nuestras vidas, se debe guardar lo importante, tienes que hacer una recolección de lo bueno y de lo que te sirve, para ocupar como se debe el cerebro.
ResponderEliminarLa mente es lo más fuerte que tiene el ser humano, a través de ella puede dominar masas.
ResponderEliminarCada cabeza es un mundo asi que hay que cuidarla de todo aquello que lo contamina
ResponderEliminarNo ocupar espacios sin sentido, dejar salir para que pueda entrar lo que realmente vale la pena y nos da provecho.
ResponderEliminarSir Arthur Conan Doyle, dándonos una cátedra de administración mental; en la que tiene toda la razón, siempre es conveniente dejar entrar lo que es útil y aprender a desechar lo que no sirva, pero, si eso no lo podemos hace con la basura, imagínese con los pensamientos.
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