Leí un texto en la revista El País Semanal, que llamó mi atención. La siguiente reflexión era el preludio del mismo: "El daño que nos hacen otros provoca rencor o deseos de venganza. Pero sin perdón y olvido, el resentimiento controla nuestras vidas".
El artículo se titulaba “La ira nos esclaviza”, el cual provocó una reacción contraria de una lectora, quien la defendía como una aversión válida, lo que me hizo meditar si el odio, la ira, el rencor y el resentimiento son sentimientos negativos o positivos y si existe la posibilidad de controlarlos a placer.
El ser humano recibe únicamente lo que da. Esa parece ser la regla en un mundo egoista como el que nos tocó vivir. Nuestros pensamientos y nuestras acciones se revierten tarde o temprano con una exactitud sorprendente.
El odio es una emoción que se hace enormemente atractiva a cierto tipo de personalidades. Además, siendo la más simple de ellas, también puede ser el sentimiento más pleno, ya que provee de un significado a la vida, algo a qué oponerse o a qué culpar para aliviar el sentido de frustración y de fracaso o para no asumir las consecuencias de nuestras acciones. Para algunos, es una actitud de vida, una manera de brillar, llamando la atención con un eterno rencor contra todo y contra todos, aunque la incongruencia resalte una y otra vez. La indiferencia es la peor humillación que puede infringirse a este tipo de personajes.
Cuando culpamos a los demás de nuestra ira, nos permitimos ser esclavos y víctimas de ellos. Se odia cuando nos humillan, lastiman o por el incumplimiento de ciertas expectativas; si no podemos expresar el odio, éste se nos queda y puede ser el origen de muchas patologías. Así, el mismo debe ser sentido y expresado de una manera inteligente, para no envenenarnos, evitando caer en un círculo vicioso que nos impida estar en paz.
Frecuentemente, cuando nos han defraudado, herido o traicionado, sentimos que tenemos que hacer pagar. Creemos que así haremos justicia y esa rabia nos mantiene atados a la persona que nos ofendió. En vez de disculparla y dejarla ir, nos ligamos más a ella, nutriendo el resentimiento. Hay quien dice, bajo esta premisa, que "el único remedio contra el dolor es la venganza".
La palabra odio conlleva a escribir del perdón. Perdonar y perdonarnos, aceptando lo que ha ocurrido. Dejar atrás el pasado y continuar nuestro camino. El pasado se fue y ahora lo que tenemos es el presente. No lo perdamos alimentando rencores de lo que habría podido ser y no ocurrió. No permitamos que nuestra memoria lo recicle una y otra vez.
El perdón no implica un borrón y cuenta nueva. A la gente negativa debemos dejarla de lado, ya que tarde o temprano intentará hacer más profunda la herida. La dispensa, para mí, implica redención, olvido y capacidad de ver las cosas de manera positiva, tratando de obtener una nueva enseñanza.
Si bien estamos programados para odiar, eso no implica llegar hasta la venganza material, ya que como bien decía Gandhi "ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego". Aprendamos a desahogarnos, a sentir ese odio y a deshacernos de él. El cambio depende de nosotros: debemos ser capaces de perdonar y seguir adelante con la vida sin cargar con lastres que nos hacen vivir en el pasado e impiden gozar del presente. Si libres somos, tomemos el control de nuestra existencia y, si vamos a tener enemigos, hay que darse el lujo de escogerlos.
Bill Clinton telefoneó a Nelson Mandela dos horas después de que saliera de la prisión, tras 27 años encarcelado en Robben Island, y le preguntó acerca de su actitud al eximir a sus verdugos con facilidad. Mandela respondió que si les odiara, seguirían controlándole. Si lo hacemos, nos mantenemos atados a las personas que nos han ofendido. Perdemos nuestra libertad, bloqueamos nuestra creatividad, alimentando la frustración y la rabia. Hay demasiada violencia en el mundo como para seguir alimentándola.
Al cuestionar a Ela Gandhi qué había aprendido de su padre, dijo, entre muchas otras cosas: "Si quieres vencer a tu enemigo, ámalo". En ese amor hay compasión. En la compasión hay perdón sin rencor. Acepta y se mantiene abierto. Con el tacómetro en cero, estaremos listos para regresar a la carrera.
Odiar es un sentmiento negativo, no es bueno ya que conlleva la ira y el rencor, el único lastimado y afectado es uno en su propia persona ya que se llena de cosas negativas y al final se llena de infelicidad.
ResponderEliminarEl sentimiento mas perjudicial a un ser humano es sin duda el odio, nos hace sufrir nos ciega perdemos la objetividad y regularmente solo nos afecta a nosotros porque las personas que no lo inspiran siguen su vida como si nada, creo que la vida cobra todo y con intereses entonces dejemos que ella se haga cargo y dejemos de sentir que nosotros somos los “vengadores”, de nosotros mismos.
ResponderEliminarEl odio es un sentimiento propio del ser humano el cual hay que aprender a sobrellevar para evitar que con el tiempo nos haga daño, pues hay que tratar de sacarlo de raíz para no convertirnos en personas amargadas, rencorosas, con mala vibra, simplemente hay que tomar las cosas de quien viene tal vez es fácil decirlo pues al momento en que te lastiman es difícil superarlo pero en ese momento hay que ver el bienestar de uno mismo, entonces lo que se debe hacer es desechar esas energías negativas y continuar adelante pues siempre vendrá algo mejor.
ResponderEliminarEfectivamente el odio es un sentimiento que todos en nuestras vidas hemos experimentado, pero siempre hay que olvidar y perdonar, porque no es bueno vivir odiando a la gente y mucho menos vivir para vengarse de alguien. Siempre he dicho que no seré yo quien se aferre al sentimiento de odio y venganza, siempre indudablemente todos recibimos lo que merecemos y algún día en algún momento todo lo bueno recibe sus recompenza y lo malo su merecido castigo. Hay que aprender a usar la "inteligencia emocional".
ResponderEliminarEl odio es natural, la venganza es deseo y el perdón debe ser aprender. Los sentimientos no deben ser sólo espasmos involuntarios que activan nuestro cuerpo, sino vivencias que debamos saber manejar a beneficio de la existencia.
ResponderEliminarOdio. Es un mal que contamina y a quienes les afecta es a nosotros mismos
ResponderEliminarSi odiáramos menos y comprendiéramos más seríamos mejores seres humanos.
ResponderEliminarAlguna vez pense que el Odio es un sentimiento que no deveria de internarse en nuestras vidas ya que nos llena de mal y ns complica demaciado en nuestra vida cotidiana lo mejor es el perdón y seguir adelante.
ResponderEliminarNo creo suficiente que el perdón sea la forma de terminar con el odio, considero que el odio a una persona es la imposibilidad de aceptar o entender que es diferente a uno mismo.
ResponderEliminarel odiar es no querer, el no querer es no estar bien contigo mismo, el no estar bien en tu persona es estar desaparecido y el estar desaparecido es el no existir.
ResponderEliminarEl odio y la Ira son sentimientos negativos, que son malos consejeros, y debemos evitar llenarnos de estos sentimientos, nos ciega, no nos dejan pensar, ser objetivos. Hay que olvidar y perdonar.
ResponderEliminarEl odio te desgasta, no lastima al que se odia, lastimas tu tiempo, tus sentimientos y tus pensamientos, aprender a perdonar de corazòn es una excelente soluciòn.
ResponderEliminarPerdonar no es nada fácil, tiene que existir amor de sobra en nostros mismos, me queda claro que no es conveniente quedarnos con rencores y resentimientos ya que no es funcional para nuestro ser y sobre todo para poder continuar nuestras vidas con quién realmente vale la pena.
ResponderEliminarMás grande que el amor a la libertad es el odio a quien te la quita.
ResponderEliminarSolo debemos criticarnos a nosotros mismos para corregir nuestros errores y mejorar, pero si es para con los demás, debemos procurar que estas criticas sean constructivas y sin sentimientos negativos ya que de lo contrario este odio que sentimos en algún momento nos destruirá
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