Pues la naturaleza de este mundo es la absoluta indiferencia, y es además el deber del filósofo parecerse a la naturaleza de este mundo, sin dejar de ser el hombre que no podrá dejar de ser: la coherencia, la mesura y la objetividad tiene este precio. Todos los problemas serían resueltos por la objetividad, la mesura y la coherencia, pero como la mayor parte de los hombres son incapaces de ello, todos los problemas permanecen insolubles, la catástrofe es para siempre la única escuela donde los indignos recibirán las enseñanzas que la tontería y la locura les merecen. No podemos transformar a los sonámbulos en videntes ni dar a probar la luz a estos ciegos de nacimiento, la ley del orden es que la masa de perdición no será salvada y aquella se consuela por su pérdida engendrando hasta perder el aliento, con el fin de ser innumerable y de abastecer, sin cansancio, a una legión de víctimas. Entrevemos lo que nos espera y ajustamos nuestra conducta a lo que nuestros ojos nos enseñan, pero esto también prueba que la mayor parte de los mortales no distingue nada y que no sale de su sueño más que para caer en la desesperanza, ellos que no tienen otra ley que la de sufrir eso que no entienden.
Muy buen extracto de un libro venenoso si los hay. saludos desde Argentina.
ResponderEliminarDificilmente en medio del caos podemos tomar una buena decisión, cuando estamos abrumados generalmente tomamos malas decisiones influenciadas mas por los impulsos que por la razón, es mejor tomarse un tiempo meditar y así podremos resolver de manera mas favorable nuestros contratiempos.
ResponderEliminarSi bien es cierto que sin objetividad, mesura y coherencia, corremos el riesgo de alejarnos de la realidad. Es importante mantenerse atado a estos principios para evitar el vivir situaciones que nada tiene que ver con lo que sucede a nustro alrededor y se convierta en un espejismo de lo que debería ser.
ResponderEliminarComo bien lo dice el autor, la objetividad nos podría ahorrar una infinidad de problemas, sin embargo el humano no es una máquina, no podemos dejar nuestro lado sensible a un lado
ResponderEliminarLa objetividad y la coherencia en nuestro actuar deberían ir siempre de la mano para todo aquello que realicemos, ya que esto nos daría grandisos resultados en nuestras tareas diarias.
ResponderEliminar"Se obtienen mayores logros con la habilidad, destreza y tranquilidad, que con la fuerza y la violencia."
Exacto si todos los humanos hicieramos lo correcto con objetividad, la mesura y la coherencia, todo seria diferente y nos evitariamos una infinidad de problemas, pero ohh pequeño detalle los humanos no pueden ser perfectos, pero seria muy bueno el tratar de serlo.
ResponderEliminarDe lo único que hay que alegrarnos es que el universo tal y como lo es hoy, es decir nuestra existencia, depende del caos y de la falta de coherencia, mesura y objetividad del pasado.
ResponderEliminarEl caos es origen y parte del universo.
Creo que de lo que más carece el hombre es de objetividad, por lo cual no podemos resolver nuestras diferencias.
ResponderEliminarDesafortunadamente los problemas no se pueden resolver de una manera que satisfaga a todo mundo, siempre hay muchos lados de la moneda, por muy buenos que sean los hombres siempre hay que tomar decisiones que para algunos serán erroneas. Comparto la idea pero en la práctica será complicado.
ResponderEliminarSi todos los problemas fueran resultos solo racionalizandolos y buscando el resultado objetivo la vida seria simple, pero siempre nuestros impulsos estan previos a la razón, el conflicto de sentimientos ante esta siempre termina siendo el dilema primordial.
ResponderEliminarFinalmente esa es la naturaleza del ser humano, somos perfectibles, en donde esas tres características que señala el autor terminarian o por lo menos reducirian las situaciones complicadas de nuestras vidas.
ResponderEliminarPara poder evolucionar lo factible seria ocultar y controlar en su totalidad las pasiones humanas, pero esto seria perder nuestra esencia y perder lo bello que significa, ser humano.
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