El tiempo vuela, pasa sin avisar y cuando menos nos damos cuenta, veinticinco años se van de un tirón, que no son nada como los veinte de Carlos Gardel, pero que representan un tercio de vida probable, de nuestra estancia en este curioso planeta.
Luego, una tercera parte de mi existencia transcurrió como sin nada, apenas sin percibirlo, desde el instante en que me asumí seguidor del hard rock, de ese sonido de tonalidad mayor aunque menor en las baladas, con altos efectos de distorsión, protagonismo de la batería y, lo más importante, el solo de la guitarra, la letra y la melodía de la voz.
Esa cuenta regresiva inició para mí con el lanzamiento, entre julio y agosto de 1987, del álbum Appetite for Destruction de la banda californiana Guns N' Roses, el cual ocupa el lugar 61 en la lista de los 500 grabaciones de todos los tiempos de la revista Rolling Stone.
Cómo un grupo de tipos tan atípicos, sin nada en común, pudieron componer el disco que acabó de dar forma a ese género musical y que marcó a una generación, es una pregunta como tantas sin respuesta en la historia de la música. Lo cierto es que Axl Rose, Slash, Izzy Stradlin, Duff McKagan y Steven Adler se conjugaron y crearon rock del bueno, de ese que trasciende, donde el tiempo pasa, las modas suceden y se sigue oyendo. Eso es un clásico, según creo.
En homenaje a eso veinticinco años de Appetite for Destruction y a mi propia vida transcurrida, uní música, imágenes y recuerdos. A ver qué tal.
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Welcome
to the Jungle |
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It's
So Easy |
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Nightrain |
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Out
ta Get Me |
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Mr.
Brownstone |
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Paradise
City |
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My
Michelle |
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Think
About You |
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Sweet
Child O' Mine |
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You're
Crazy |
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Anything
Goes |
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Rocket
Queen |